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Gerry Mulligan & Astor Piazzolla – Tango Nuevo (1974)
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Tracklist:
[00:00] A1. 20 Years Ago [06:28] A2. Close Your Eyes And Listen [11:04] A3. Years Of Solitude [15:14] A4. Deus Xango [19:02] B1. 20 Years After [23:16] B2. Aire De Buenos Aires Music By – Gerry Mulligan [27:56] B3. Reminiscene [34:29] B4. Summit
Personnel:
Bandoneon – Astor Piazzolla Baritone Saxophone – Gerry Mulligan Cello – Ennio Miori Cover, Photography By – Alberto Rizzo Drums, Percussion – Tullio De Piscopo Electric Bass – Giuseppe Prestipino Electric Guitar – Bruno De Filippi, Filippo Daccò Engineer – Tonino Paolillo Executive-Producer – Aldo Pagani Marimba – Alberto Baldan, Gianni Zilioli Music By, Arranged By, Conductor – Astor Piazzolla Piano [Fender Rhodes 73], Electric Piano, Organ – Angel “Pocho” Gatti Producer – Aldo Pagani, Fabio Bellotti, Mario Fattori Viola – Renato Riccio Violin – Umberto Benedetti Michelangeli
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Mulligan, Gerald Joseph ‘Gerry’ (1927-1996).
Músico norteamericano nacido en Nueva York el 6 de abril de 1927 y fallecido en Darien el 20 de enero de 1996. Saxofonista barítono y soprano, clarinetista, pianista, director de orquesta, compositor y arreglista, Gerry Mulligan es tal vez el saxo barítono más conocido de la historia del jazz, cuyo impulso musical fue clave para desarrollo del llamado West Coast Jazz y su sucedáneo, el estilo cool, a mediados del siglo XX. Ganador de un premio Grammy en 1986 por su disco Walk on the Water, gran parte de su obra musical se editó en los sellos Verve y Pacific Jazz.
Aunque nació en Nueva York, pasó su infancia en Filadelfia, donde estudió clarinete y saxo alto, sus primeros instrumentos. Desde muy joven, le tentó la composición y los arreglos orquestales y hacia 1944 comenzó a ganarse la vida con la venta de sus arreglos a una orquesta de radio de su ciudad –Johnny Warringston’s radio band-. Tras un periodo de dedicación exclusiva al mundo de la música -instrumentos y arreglos-, pronto comenzó a destacar como instrumentista, primero con Elliot Lawrence (1945) y, después, ya en Nueva York, como acompañante del genial baterista Gene Krupa, en su famosísima Gene Krupa’s Orchestra (1946). Sus primeros pasos fueron vertiginosos pues resultaba extraordinariamente difícil encontrar a un joven casi sin experiencia que tocara con la calidad que derrochaba Gerry y que además compusiera y arreglara como él lo hacía.
Tras su extraña colaboración en la orquesta de Gene Krupa (pues en ella tocaba el saxo alto), en 1948 se enroló en la orquesta de Claude Thornhill (donde también tocaba el saxo alto); experiencia que le sirvió para conocer personalmente al paradigma de director de orquesta moderno Gil Evans, quien, además, le presentó al mismo Miles Davis, con quien explotó al fin su faceta como saxo barítono. El trompetista no dudó en ficharlo de inmediato para su octeto, aquel que pusiera de moda el cool en los primeros años de la década del cincuenta con el famosísimo disco The Birth of the Cool, grabado para Capitol en Nueva York en abril de 1949 y marzo de 1950, aunque antes de la publicación de este disco memorable, se editó un Epé, cuyo título era precisamente una composición de Mulligan: Jeru. La labor del saxofonista en el noneto de Miles era doble; por un lado, destacaba como un brillante instrumentista; por otro, componía y arreglaba para el grupo con gran calidad y originalidad. Sin duda, fue uno de los grandes fichajes “blancos” de Miles para su grupo de cool. Mulligan compuso para la formación temas como “Jeru” -archiconocidísimo en el repertorio de Miles de aquellos años y en el del propio Mulligan en solitario-, “Venus de Milo” y “Rocker”. En cuanto a los arreglos, destacaron piezas como “Godchild”, de carácter fresco y rítmico, o “Dark That Dream”. Durante su etapa con Miles, entre 1948 y 1950, coincidió con músicos como Lee Konitz, Bill Barber o Kai Wilding. En este tiempo, de todas formas, también colaboró con Eliot Lawrence (1949), en arreglos y como integrante de su sección de viento.
De 1951 datan sus primeras formaciones en solitario, cuyas apariciones comenzaron a ser grabadas por Dick Bock para el sello Prestige Jazz, que iniciaba su andadura con Mulligan. La grabación del disco Gerry Mulligan Quartet dio lugar a la famosísima expresión “Pianosless Quartet”, esto es, la formación sin piano que tanto estiló el barítono. En 1952, tras su traslado a Los Ángeles, la fama de Mulligan creció en los EE.UU. para conformar el periodo más interesante de su carrera profesional. La característica musical que predominó en el sonido que proclamaba Gerry aunaba cierta frialdad e interpretación cerebral con una buena dosis de sofisticación y elegancia.
Su inmediata y reputada fama le llevó a Los Ángeles, donde en 1952 arregló y compuso para el mismísimo Stan Kenton en su elepé New Concepts of Artistry in Rhythm. Participó en temas como “Young Blood” -un arreglo sencillo pero con un enorme swing-, “Swing House” y “Walking Shoes”. Su fama como arreglista era notoria, aunque no menor que su calidad como saxofonista barítono, que había alcanzado renombre internacional en este tiempo, tal y como quedaba de manifiesto en las encuestas de las revistas especializadas de jazz (como Down Beat), donde fue votado en distintas ocasiones tanto en su vertiente de instrumentista como de arreglista.
Ese mismo año en Los Ángeles, y también dentro de la línea “pianoless quartet”, Mulligan puso en marcha una de las colaboraciones que le aportó mayor repercusión internacional, sobre todo en Europa, donde era requerido de continuo. Fue su dúo solista con el trompetista Chet Baker, otros de los iconos “blancos” del sonido cool. Con Baker formalizó después un cuarteto sin piano en el que se alternaron, en distintas fechas de reunión, Bobby Whitlock, Carson Smith, Henry Grimes o Joe Mondragón (al contrabajo) y Larry Bunker, Chico Hamilton o Dave Bailey (a la batería). En principio, las grabaciones aparecían en singles y el primer tema se grabó en el verano de 1952 con el título “Bernie’s Tune”. Sin duda, la colaboración más intensa entre estos dos músicos se produjo entre estos años 1951 y 1953, cuando grabaron algunos elepés de gran repercusión a escala mundial -como Mulligan-Baker (1951) o Gerry Mulligan Quartet with Chet Baker (1953)-, en los que descollaron los temas “Freeway” (una pieza inusual de Baker, de tiempo veloz); los propios de Mulligan “Soft Shoe”, “Swinghouse” o “Jeru”; temas rápidos, con una línea melódica muy marcada; más otras composiciones, como la balada “My Old Flame”, “Love Me Or Leave Me” o la muy conocida “My Funny Valentine”, de Rodgers & Hart, seña de identidad de Chet Baker al correr de los años, allí donde tocara o grabara. Tras la marcha de Baker, le sustituyó el trompetista Art Farmer. De todos modos, en 1957, se volvió a producir una nueva colaboración entre ambos, que dio como resultado el disco Reunion with Chet Baker, de cuyo repertorio destacó la pieza de Mulligan “Festive Minor”. El último encuentro entre ambos músicos se produciría mucho tiempo después -en 1975-, en el famosísimo Carnegie Hall de Nueva York, donde ofrecieron un concierto memorable, grabado por el sello CTI.
Lo más característico de este tipo de formación estribaba en que los dos vientos formaban un línea melódica (a veces apoyada por el contrabajo, y con la marcada ausencia de armonía que confería el piano en el jazz) trascrita por simultáneas escalas, en forma de fuga, en cuyo contexto las dos voces creaban pasajes sonoros “fríos”, pero de inusual belleza y de imaginación sorprendente. No debe olvidarse tampoco su reunión con otro miembro de la orquesta de Kenton, el saxo alto Lee Konitz, con quien tocó y grabó el disco Lee Konitz Plays with the Gerry Mulligan Quartet (1953), o sus colaboraciones con Paul Desmond, otro saxofonista alto de la escuela cool y perteneciente al cuarteto de Dave Brubeck, a quien, por otro lado, sustituyó en algunas ocasiones.
Sus problemas con las drogas alejaron a Mulligan del jazz durante el año 1953, lo que supuso un freno a la actividad de su exitoso cuarteto. Un año después, algo más recuperado, recuperó la esencia de aquella formación, esta vez para participar en el Festival de París de 1954, al que acudió con un nuevo cuarteto constituido por Bob Brookmeyer (trombón), Red Mitchell (contrabajo) y Frank Isola (batería). Qué duda cabe, la incorporación a su banda del trombonetista Brookmeyer implicó un tour de force a su apuesta por el “pianoless”, esta vez ofrecida con dos trombones como ejecutantes de la melodía y la armonía del cuarteto. Tras su no muy exitosa empresa con The Concert Jazz Band en 1960, en 1964 retomaría la citada formación con Brookmeyer para iniciar una gira por Europa.
Entre 1955 y 1958, su grupo se enriqueció con brillantes instrumentistas, caso del saxofonista de Kenton, Zoot Sims, o del trompetista Jon Eardley, ocasionalmente integrantes de su sexteto, como demuestran los discos Gerry’s Time o Blues in Time, ambos publicados en 1957. Un año después, se sumó al cuarteto el trompetista Art Farmer. Precisamente, en agosto de 1957 tuvo lugar una de las colaboraciones más importantes de Mulligan en toda su carrera musical; un auténtico encuentro de gigantes que reunió a Gerry con el pianista Thelonious Monk, uno de los grandes del jazz de todos los tiempos. La reunión se produjo en Nueva York, quedó registrada en el disco Mulligan Meets Monk y contó con la colaboración del bajista Wilbur Ware y el batería Shadow Wilson. El álbum incluía tres de los éxitos más celebrados de Monk: “Round Midnight” , “Straight, No Chaser” y “I Mean You”, más una composición de Mulligan: “Decidedly”. Conformaba un trabajo original sumido en una atmósfera relajada y llena momentos cumbres del jazz contemporáneo, como refleja la interpretación del tema “Round Midnigth”, donde el saxo barítono de Gerry otorgaba a la melodía del tema (y a su improvisación) un carácter acaso único en la historia de este standar, decenas de veces interpretado por la mayoría de los jazzistas de todos los tiempos.
Otras colaboraciones de Mulligan con ‘grandes’ del jazz en este periodo de la segunda mitad de los años cincuenta, fueron los trabajos con Paul Desmond, Stan Getz, Ben Wester o Johny Hodges. Con Desmond presentó Gerry Mulligan Quartet/Paul Desmond Quintet (1956), adelanto de colaboraciones futuras, y con Getz y Desmond grabó Mulligan and Getz and Desmond (1957), una obra estéticamente cool y de una belleza inconmensurable. Junto a Ben Wester firmó una más que felicísima colaboración en Gerry Mulligan Meets Ben Wester (1959), que aupó a Mulligan a lo más alto de la popularidad en el ámbito del jazz, al tiempo que con Hodges editaba Gerry Mulligan Meets Johnny Hodges (1960), también otro disco memorable, muy a pesar de los divergentes estilos de ambos músicos.
Al margen de estas brillantísimas colaboraciones, Mulligan llevó a cabo a principios de los sesenta una feliz unión con el saxofonista Paul Desmond. El fruto de esta comunión de dos de los saxofonistas más representativos del sonido cool fue la edición de varios elepés importantes, como Quartet y, sobre todo, Two of a mind (1962). Este último trabajo mostraba a las claras la maestría de ambos músicos, en temas como “Stardust” (verdaderamente genial), “Out of Nowhere” y el espléndido “All the Things You Are”, en una versión sencilla y emotiva, sofisticada y elegante.
Al margen de sus trabajos tanto en solitario como en compañía de otros jazzistas de envergadura, Gerry grabó para la televisión, en 1958, el clásico Sound of Jazz, al tiempo que apareció en la película I Want to Live and the Subterraneas.
De cualquier manera, a comienzos de la década de los sesenta se iba a producir un nuevo giro en sus propuestas musicales, cuando Gerry creó una banda de trece músicos, cuya apariencia surgió bajo el nombre de The Concert Jazz Band, ambicioso proyecto en el que colaboraron figuras de la entidad de Bob Brookmeyer, Bill Holman, Al Cohn o George Russell. Mulligan salió de gira con esta banda que, precisamente, en sus directos daba cuenta de su mayor contundencia interpretativa. De ahí que fueran formidables los conciertos en vivo Gerry Mulligan and the Concert Jazz Band at Live (1960), Concert Zoot Sims (1961), Mulligan ’63 (1963) o At the Village Vanguard (1960), un disco, este último, de elevado gusto musical, con arreglos de Johnny Mandel y Al Cohn, y con dos instrumentistas especialmente inspirados: Clark Terry y Bob Brookmeyer. Esta experiencia, a medio camino entre un ensanchamiento lógico de su cuarteto “pianoless” y un guiño a las orquestas blancas de cool, le sirvió al saxofonista para, además de escribir para orquesta sus propios temas y arreglos, tocar el piano de forma alterna con el saxo barítono.
A partir de 1968, se integró de manera ocasional en el famoso cuarteto de Dave Brubeck, quien continuaba desarrollando el sonido cool “blanco”. Mulligan ingresó en la formación, donde participaba el baterista Joe Morello, para sustituir precisamente al saxo alto Paul Desmond, su antiguo colaborador. Durante el periodo comprendido entre 1968 y 1972, Mulligan grabó y salió de gira con Brubeck. La personalidad del barítono era tan fuerte que el cuarteto, tras su inclusión, se rebautizó como The Dave Brubeck Trio featuring guest star Gerry Mulligan. Con Brubeck grabó cinco álbumes, entre los que destacó el famoso Live at the Berlin Philharmonie, The Last Set at Newport o Together Again For the First Time.
En los años setenta, Mulligan seguía tentado por la big band y grabó el majestuoso Age of Steam (1971), iniciándose en el novísimo mundo del jazz electrónico, donde probó fortuna con el saxo soprano. También en ese periodo destacó su colaboración con el bandoneísta argentino Astor Piazzolla, autor que logró converger los sonidos de la música popular, el clásico y el jazz, con quien grabó el disco Gerry Mulligan/Astor Piazzolla (1974), para el sello Accord.
Al tiempo, incluyó en sus grupos al vibrafonista Dave Samuels (con el que se unía a cierto tipo de jazz fusión, como en su colaboración con Grover Washington), mientras, en 1986, grabó con el saxofonista Scott Hamilton el disco Soft Ligths and Sweet Music. Más tarde, en 1987, participó con su cuarteto en la grabación del disco Symphonic Dream, en el que se hizo acompañar por la Houston Symphony Orchestra. De entre los temas más representativos cabe señalar la serie de piezas “The Sax Chronicles” o “K-4 Pacific”.
Ya en los noventa, sus actuaciones se redujeron mucho, dado su delicado estado de salud. Sin embargo, se decidió a realizar una gira con su nuevo proyecto, Rebirth of the Cool Band, que simultaneó con la labor en su cuarteto “pianoless”. Con el citado proyecto recuperaba la estética cool de principios de los cincuenta, donde interpretaba en directo aquellos temas inolvidables del noneto de Miles Davis. Prueba de ello fueron sus trabajos Re-Birth of the Cool (1992), Dream a Little Dream (1994) o Dragon Fly (1995).
El domingo 21 de enero de 1996, tras una complicada operación de rodilla, por la que sufrió una larguísima convalecencia, Gerry Mulligan murió en su casa de Darien (Connecticut), con lo que se apagaba la voz del saxo barítono más importante de todos los tiempos. Tras su muerte, la Gerry Mulligan All-Star Tribute Band le rindió merecido homenaje en los álbumes Thank You, Gerry! y Plays Mulligan.
Gerry Mulligan es el barítono líder del jazz de todos los tiempos. Un instrumento que, en principio, estaba destinado más como coro grave de las orquestas de jazz, Mulligan le concedió un sonido propio, solista e improvisador con un carácter sofisticado y a la vez elegante. El sonido de Mulligan, muy unido desde sus inicios, es cierto, a la escuela californiana de cool (Costa Oeste), ha sido calificado como sumamente expresivo, refinado y con tendencia a una absoluta calma interpretativa. Clásico en su forma de tocar -en este sentido se le asoció a músicos como Ben Wester o Lester Young-, sus improvisaciones, por el contrario, estaban llenas de modernidad y elegancia y soberbia intelectualidad. No es gratuito que Miles Davis le fichara para su revolucionario Birth of the Cool, cuando Mulligan sólo contaba con 22 años de edad.De este modo no es extrañoque Mulligan se confiara a encuentros del todo dispares; desde el clasicismo de Ben Wester o Johny Hodges a la vanguardia de sus encuentros, breves, pero intensos, con Charles Mingus o Thelonious Monk.
Sin estar inserto dentro del llamado West Coast Jazz, es obvio que Gerry Mulligan influyó sobremanera en estos músicos “blancos”. Su estilo, lleno de sencillez y al tiempo de una tensión y colorido extraordinarios, se hizo inmensamente popular, hasta el punto de que resulta casi imposible no reconocerle tras el comienzo de unas de sus improvisaciones, tal y como ocurría con otros nombres ligados a su estilo, como Paul Desmond, Chet Baker o Lee Konitz.
Por otro lado, si Mulligan revolucionó el arte de tocar el barítono en jazz, siempre tuvo muy en cuenta a músicos anteriores, tales como Serge Chaloff (importante músico de Woddy Herman) o Harry Carney (de los grupos de Count Basie); aunque más importante fue, sin duda, su heredad confirmada en músicos de la talla de Bob Gordon, Cecil Payne o Pepper Adams, tal vez, este último, el más importante tras Mulligan.
Al margen de su importancia como saxofonista, deben apuntarse las extraordinarias dotes del Mulligan compositor y arreglista. Como compositor quedan temas suyos de la importancia de “Jeru” o “Decidedly”, “Walkin’ Shoes” o “Swinghouse”. Como arreglista resultó clave su conexión con el jazz de la Costa Oeste, o su participación en orquestas como la de Stan Kenton. Arreglos siempre brillantes y originales, aunque no exentos de cierto pragmatismo cerebral, del que se le acusó algunas veces.
Recibió un Premio Grammy a principios de los ochenta por su disco Walk on the Water (1980), realizado con su cuarteto de siempre y acompañado por una orquesta. El galardón puso la guinda a una importante labor musical ejercida durante cuatro largas décadas dedicadas al jazz en su más alta expresión.
Discografía
Como sideman
Birth of the cool (con Miles Davis), Capitol, 1956.
New Concepts of Artistry in Rhythm (con Stan Kenton), Capitol, 1952.
Road Show (con Stan Kenton), Capitol, 1959.
Quartet (con Paul Desmond), Verve, 1962.
Two of a Mind (con Paul Desmond), RCA Victor, 1963.
Como colíder
Gerry Mulligan and Chet Baker, Jazztone, 195?
Mulligan / Baker, Prestige, 1951.
Lee Konitz Plays with the Gerry Mulligan Quartet, Pacific Jazz, 1953.
The Gerry Mulligan Quartet/Paul Desmond Quintet, Fantasy, 1956.
The Gerry Mulligan Quartet with Chet Baker/Buddy DeFranco Quartet, Gene Norman, 1957.
Reunion with Chet Baker, Pacific Jazz, 1962.
Broadway (con Kai Winding y Red Roney), New Jazz, 1963.
Gerry Mulligan/Astor Piazzolla, Accord, 1974.
The Carnegie Hall Concert, Volume 1 & 2 (con Chet Baker), CTI, 1976.
Como solista
Gerry Mulligan Blows, Prestige, 1952.
Gerry Mulligan Quartet, Gene Norman, 1952.
Mulligan Too Blows, Prestige, 1953.
Gerry Mulligan Quartet, Pacific Jazz, 1953.
Gerry Mulligan and His Ten-Tette, Capitol, 1953.
Presenting the Gerry Mulligan Sextet, Emarcy, 1955.
Gerry Mulligan Sextet, Pacific Jazz, 1955.
The Original Mulligan Quartet, Pacific Jazz, 1955.
Mainstream of Jazz, Emarcy, 1956.
Mulligan Plays Mulligan, Prestige, 1956.
Paris Concert, Pacific Jazz, 1956.
What Is There to Say?, Columbia, 1959.
A profile of Gerry Mulligan, Mercury, 1959.
Nigthwatch, United Artists, 1960.
The Genius of Gerry Mulligan Quartet, Pacific Jazz, 1960.
Gerry Mulligan Meets Ben Wester, Verve, 1960.
Getz Meets Mulligan In Hi-Fi, Verve, 1960.
Gerry Mulligan Meets Johnny Hodges, Verve, 1960.
Gerry Mulligan and the Concert Jazz Band, Verve, 1960.
Gerry Mulligan and the Concert Jazz Band at the Village Vanguard, Verve, 1960.
Konitz Meets Mulligan, Pacific Jazz, 1962.
California Concerts, Pacific Jazz, 1962.
Blues in Time, Verve, 1962.
Gerry Mulligan ’63. The Concert Jazz Band, Verve, 1963.
Timeless, Pacific Jazz, 1963.
Spring Is Sprung, Philips, 1963.
Nigth Lights, Philips, 1963.
Spring Is Sprung, Philips, 1963.
Historically Speaking, Prestige, 1963.
Jeru, Columbia, 1963.
Butterfly with Hiccups, Limelight, 1964.
The Essential Gerry Mulligan, Verve, 1964.
If You Can’t Beat ‘Em, Join ‘Em, Limeligth, 1965.
Feelin’ Good, Limeligth, 1965.
Something Borrowed, Something Blue, Limeligth, 1966.
Concert Days, Sunset, 1966.
Gerry’s Time, Verve, 1966.
Jazz Fest Masters, Scotti Bross, 1969.
Age of Steam, A & M, 1971.
Gerry Mulligan Meets Enrico Intra, Pausa, 1975.
Lionel Hampton Presents Gerry Mulligan, Who’s Who in Jazz, 1978.
Walk on the Water, DRG, 1980.
La Menace, DRG, 1982.
Symphonic Dreams, Intersound, 1987.
Lonesome Boulevard, A & M, 1989.
Plays, Fantasy, 1991.
Re-Birth of the Cool, GRP, 1992.
Paraiso-Jazz Brasil, Telarc, 1993.
Dream a Little Dream, Telarc, 1994.
Dragon Fly, Telarc, 1995.
News from Blueport, Lazz Hour, 1996.
Two Times Four Plus Six, Jazz Band, 1997.
In Sweden, Jazz, 1999.
Jazz Casual: Gerry Mulligan & Art Pepper, Koch, 2001.
Swing House, Past Perfect, 2002.
Piazzolla, Ástor (1921-1992).
Compositor y bandoneísta argentino nacido en Mar del Plata el 11 de marzo de 1921 y fallecido en Buenos Aires el 4 de julio de 1992. Ha dejado un extraordinario tesoro musical, entre tangos instrumentales, piezas para guitarra y para flauta, canciones de tango, bandas sonoras y música para orquesta. Entró en contacto desde muy joven con la música popular de su país de la mano de Aníbal Troilo, un especialista del género. También estudió música clásica con el compositor argentino Alberto Ginastera, en Buenos Aires.
Revolucionario con excelentes credenciales como tanguero, como demostró en la época en la que vivió en Buenos Aires hasta los años 50, o bien después tocando en la banda de Aníbal Troilo, e incluso posteriormente con su propia banda, Piazzolla absorbió, por otra parte, la cultura del jazz en la época en la que residió en Nueva York. Pero mientras tocaba tangos en Buenos Aires, Ástor intentaba que su música fuera diferente de la de los demás, y tal objetivo se convirtió en su obsesión. Aníbal Troilo le tuvo que decir en muchas ocasiones que sus arreglos eran demasiado complejos incluso para que los tocaran sus músicos, de manera que Ástor decidió dedicarse al dominio de la música clásica y abandonó el tango.
Este giro en su carrera llegó con su composición Sinfonía Porteña, ganadora de varios premios, entre ellos una beca para estudiar en París. Fue la legendaria profesora Nadia Boulanger quien le dijo que se apoyara en el tango y la música de Buenos Aires. De esta manera comenzó una nueva época en el tango con composiciones nuevas como “Picasso”, “Chau París”, etc. y con nuevo grupo, el Octeto Buenos Aires, que combinaba todos estos elementos.
Su vida, sin embargo, era difícil, porque se atrevía a realizar cambios contra los gustos establecidos en la música y en varias ocasiones el público reaccionó fuertemente en su contra, por lo que Piazzolla se convirtió en una figura maldita, muy odiada. Años después se ganaría la fama internacional, pero nunca pudo olvidar aquellos tiempos difíciles y aquella gente cuya estrecha visión le hizo reaccionar en contra de su música y casi abandonar ésta para montar una hamburguesería en los peores momentos de desesperanza; afortunadamente no lo hizo.
La música de Ástor Piazzolla tiene se caracteriza por pertenecer a Buenos Aires y al siglo XXI. A pesar de que compuso música contemporánea y de tango, Piazzolla suele encontrarse en la sección de jazz de las tiendas de música. Esto nos da una idea de su versatilidad y de las cualidades de improvisación de su música, que rompió moldes antiguos. Fue el creador del nuevo tango, que se llamó Tango Sinfónico y que rompía con las formas clásicas de este género. Su talento como compositor se plasma en muchos temas que se han convertido en clásicos del repertorio del tango.
Él mismo ha interpretado muchas de sus canciones en sus discos y a veces ha grabado diferentes versiones de una misma idea musical. Le gusta producir distintas obras con la misma idea, al igual que los pintores abstractos, con la misma inspiración y diferentes variaciones. Se desenvolvía igual en la música clásica que en la popular. Dentro de su obra podemos destacar la Rapsodia porteña, para orquesta, compuesta en 1952; la sinfonía en tres movimientos Buenos Aires, de 1953; Oda íntima a Buenos Aires, para recitante, canto y orquesta; Tango sinfónico, Tangata para orquesta, un concierto y una suite para bandoneón y orquesta y La serie del ángel. Dentro del tango, destacan títulos ya clásicos como “Balada para un loco”, compuesta en 1953; “La muerte del ángel”, “Adiós nonino” y “Verano porteño”. En 1934 grabó la banda sonora de la película El día que me quieras, en la que actuaba cantando Carlos Gardel. Renovó de forma decisiva el género del tango, introduciendo nuevas estructuras armónicas y rítmicas que eran extraídas tanto de la música clásica como del jazz; esto dio lugar a lo que se denominó “música contemporánea de Buenos Aires”.